lunes

Marroco




Marroco, Noviembre 2014. 
Una vez mas África me da la bienvenida, esta vez con un tacto diferente, acostumbrada al bullicio del aeropuerto de Senegal esto parece tener otro aparente orden. Los olores de este país te impregnam nada mas llegar, las especias, el cuero, los inciensos....
Llegamos a Marrakech pasadas las doce de la noche, el taxista del ríad nos esperaba en el aeropuerto para llevarnos a la medina. Me encanta la sensación de llegar a un país desconocido, sentir como todos mis sentidos se despiertan a lo extraño, derrepente sientes alerta tu cuerpo y capta todas las sensaciones que le transmite pisar nuevo mundo. 
Me quedo con mi llegada a la medina, de noche y a oscuras.
La sensación de ver amanecer aquello que parecía abandonado, con apenas paseantes, verlo renacer en el día. Las calles se llenaron de luz,artesanía,colores y mas colores allá donde fueras. La ciudad despierta de golpe. 
Me quedo con las ascensión al atlas, desde allí arriba solo se huele libertad y esperanza, la naturaleza te abraza y te hace sentir pequeño en lo grande, débil en la fortaleza y libre en tus cadenas.
Me quedo con el desierto y su silencio. Cabalgar las dunas de noche y alcanzar el manto de estrellas, tirarte en la cima y expandirte, allí solo se siente paz. 


















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