Nunca supe jugar a la indiferencia, siempre se me notó desde los pies hasta la última pestaña de mis ojos cuando algo me importa. Probablemente soy una mujer salvaje para todo, excepto para lo que rocé mi corazón. La capacidad de quitarte barreras y rendirte a lo que sientes es una tarea aún por experimentar, y posiblemente sea la única forma de sentirte vivo, cuando el miedo desaparece por completo y te rindes, a la experiencia y a lo que la vida te presta. Aceptas tu vulnerabilidad, tu debilidad y sin tapujos te permites fluir, es entonces quizá, cuando sientes la magia de estar vivo.
El arte es una herida hecha luz, decía George Braque. Necesitamos esa luz, no sólo los que escribimos o pintamos o componemos música, sino también los que leemos y vemos cuadros y escuchamos un concierto. Todos necesitamos la belleza para que a vida nos sea soportable. Lo expresó muy bien Fernando Pessoa: ( La literatura, como el arte en general, es la demostración de que la vida no basta) No basta, no. Por eso estoy redactando un libro, por eso me estas leyendo...
lunes
Juegos de indiferencia
Nunca supe jugar a la indiferencia, siempre se me notó desde los pies hasta la última pestaña de mis ojos cuando algo me importa. Probablemente soy una mujer salvaje para todo, excepto para lo que rocé mi corazón. La capacidad de quitarte barreras y rendirte a lo que sientes es una tarea aún por experimentar, y posiblemente sea la única forma de sentirte vivo, cuando el miedo desaparece por completo y te rindes, a la experiencia y a lo que la vida te presta. Aceptas tu vulnerabilidad, tu debilidad y sin tapujos te permites fluir, es entonces quizá, cuando sientes la magia de estar vivo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario