Good morning Verbier
Se me hace difícil describir lo que mis ojos y mis sentidos pueden ver cada mañana cuando subo la persiana de mi cueva de madera, en las montañas de los Alpes. Siempre pensé que lo mio era el mar y que la montaña solo la necesitaba en ocasiones, aunque también creo que los apasionados de la naturaleza necesitamos ambas energías para compensar cuerpo y mente.Lo cierto es que llevo muy pocos días aislada en esta aldea bañada en pinturas blancas, en forma de nieve polvo, virgen, limpia, fresca. En pocos días ya me han absorvido los habitos de Verbier, los horarios, los colores rosados en la piel debido al tremendo frió que estoy pasando, he de reconocer que he ganado ( de momento) la batalla al chocolate y aun no lo he admitido como habito en mi dieta , pero eso si, los quesos me están volviendo loca.
He cambiado en dos días los horarios, madrugo mas que nunca, pero en cambio también duermo mucho mas que antes. Me despierto temprano y bajo al pueblo a tomar un café con leche, siempre acompañado de un pastelito que ponen que de echo no lo he querido ni probar vaya ser que me guste y me aficione a el. Cojo el periódico he intento entender lo que dice en francés, otra forma mas de evolucionar en mi ( je parler un peu ) ni siquiera se como se escribe, madre mía como me lea mi profesora de francés ( Ane) me matara.Aunque he de reconocer que no se me da tan mal como yo pensaba, he logrado salir de un par de apuros mezclando ingles, francés y español. Creo que mas que entenderme me sonreían por el popurrí de idiomas que he sido capaz de mezclar en una frase.
Es increíble la sensacion de entrar en casa, el calor de la madera, el olor a leña y los colores rojizos navideños de las decoraciones de las casas. Me gusta, es cálido, acojedor.
Sigo metida en el proyecto del restaurante, nunca pensé que la ilusión de un nuevo proyecto quitaría de forma tan rotunda de mis sensaciones la palabra (miedo) pero es así. La ilusión de un nuevo proyecto, un nuevo lugar, nuevas gentes, nuevos idiomas, nuevas culturas y nueva gastronomía ha podido con el vértigo que aveces se siente cuando te embarcas en este tipo de planes. Nuevos planes, nuevas ilusiones. Cambios.
Os seguiré contando como me va, de momento la fuerza y la ilusión me acompañan en cada despertar.
Que guay nagoreñaaaaa me acabo de levantar y la verdad es q es una gozada leer como nos relatas tu aventura y como lo vives, ya sabes q quiero q sigas escribiendo y q te mando toda mi buena energía, Q ES MUCHA!!!!!! jeje y un muxu gigante DALE CAÑA NAGORE
ResponderEliminarMe gustaaaaaaa!!!!!!! Tengo ganas de verte allí, en tu salsa, y con Verbier ya rendido a tus pies....
ResponderEliminarcreo que voy a pasar la mejor nochevieja de mi vida, cuentan las malas lenguas que todo es un donstop.
ResponderEliminarSe te ve genial. Me alegro. Cuando se mezclan idiomas, culturas, gastronomías o lo que sea,con tal de no excluir, siempre es enriquecedor. ¡Suerte en tu nuevo Sueño!
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